La imagen de Andorra parece que está predestinada a ir siempre ligada al coche. Que el país de los Pirineos sea solo accesible –como mínimo por ahora– por carretera,
la afición de los andorranos por los automóviles de alta gama y las colas que cualquier turista que haya visitado a menudo el Principado de Andorra ha tenido que sufrir estoicamente en alguna ocasión han contribuido a crear ese vínculo entre Andorra y el automóvil.
Fiel a su trayectoria, las nuevas tendencias llegan también a Andorra sobre cuatro ruedas: en pocos años, el Principado de Andorra se ha consolidado como el tercer país del mundo con mayor presencia de vehículos eléctricos, por detrás de Noruega y Holanda.